miércoles, 10 de febrero de 2010

Se le salió el indio

Para los muertos y los vivientes, el 2do disco de LA MENTE



Real. Sin compromisos de ningún tipo, más allá de aquel que La Mente mantiene con la integridad. Valor fundamental que respetan y enaltecen los responsables de este segundo disco.

Para los muertos y los vivientes empieza con La Problema. Una canción que simplemente pone las cartas sobre la mesa. Porque está claro que si no estamos a favor, es nuestro deber estar en contra.  Y luego de un primer disco bien acogido por todos, La Mente se encarga de decir que no: ni la moda, ni la plata, ni la fama, nos importan más que lo único que debe realmente importar: la música.

La banda adopta una nueva dimensión rítmica con la presencia de la batería en todos los temas. O mejor dicho: gracias a la presencia del baterista. Jose Antonio Arévalo imprime una dosis de libertad a la base electrónica y es inteligente cuando se trata de interactuar con ella. Conviven en armonía la máquina y el hombre.

Si se trata de conocer qué género toca La Mente, es recomendable observar de cerca la segunda canción del disco (El indio de la mente). Una radiografía de la idiosincracia racista e intolerante sobre la que se fundó esta república, pero también un homenaje a todas esas influencias populares que han marcado el estilo de la banda.

Las guitarras han evolucionado con respecto al disco anterior. Rafael Otero (bajista de profesión) deja fluir con mayor libertad sus influencias rockeras. Ecos de Led Zeppelin y Black Sabbath se incorporan al humor reggae de la banda, una actitud sonora que le da una personalidad particular.

Las melodías de los saxos caminan de la mano de los teclados, clásicos y modernos, como en una procesión andina que atravieza el trópico, y las secuencias electrónicas son más ahorrativas e inteligentes que en el disco anterior. En este disco cuajó el sonido y la propuesta en general de esa fusión (aunque la palabra duela) de música primigénea y sonido futurista. Este trabajo es una construcción colectiva pero es una clara secuela de lo que se desató en el Electropical, un disco más de estudio, menos grupal, menos de banda.

La muerte rondaba los parlantes del equipo de mi sala mientras sonaba este segundo disco de La Mente. Porque ella toca un instrumento en casi todas las canciones. Hablo de la muerte física de alguna gente muy importante para los integrantes de la banda. También la muerte del alma humana a través del racismo, la discriminación y la alienación mediática. La muerte de la dignidad del ser humano, en manos de los perros guardianes del poder económico. Pero también la muerte como parte natural de todo. La muerte como algo que constantemente acompaña a la vida, silenciosa pero inexorablemente. La muerte como una fuerza indecifrable que debe generar respeto y reflexión, no miedo.

Aunque suene obvio, hablar de un disco bien masterizado es importante en un medio como el nuestro, en el que no existe ese servicio y es necesario recurrir al extranjero. Este disco fue masterizado por Mario Breuer en Buenos Aires y sí se siente la diferencia. No sólo con el disco anterior de La Mente, sino con todos los demás que hasta el momento ha editado Descabellado Discos del Perú. Si bien esta placa contiene el mismo espíritu independiente que sus parientes, hay en su sonido una claridad y potencia pocas veces logradas en producciones nacionales.

Una descarga filuda y filosófica. Un escándalo muy ordenado. Una procesión psicodélica que sólo puede hacerse realidad en un pais en el que conviven el ande, el trópico, el desierto y el océano pacífico.

Al final lo que me queda claro es que, a pesar de ser éste un disco que piensa en la muerte, es también un disco que siente y contagia unas ganas rabiosas de vivir.

Por: Edwin Toshiba

domingo, 25 de octubre de 2009

TERCER FESTIVAL DESCABELLADO




Jueves 29 de Octubre

Tal vez la característica más particular de Descabellado Discos del Perú sea el variopinto espectro musical que representan las bandas que conforman el sello. Este año, por ejemplo, la disquera editó tres placas de géneros tan disímiles como la salsa ("Alta Peligrosidad", Sabor y Control), el funk sicodélico ("Inside The Corporation", El Hombre Misterioso) y el reggae dance-hall ("Para los Muertos y Los Vivientes", La Mente).

En este tercer festival organizado en el bar La Noche de Barranco, Descabellado presenta un combo cuádruple que resalta con generosidad esta característica. Representando a las bandas fundadoras del sello, retorna Suda, con cuatro discos que aseguran un repertorio histórico, mezcla dura de ska, reggae, punk y otras formas musicales de violencia saludable. 
Se suman Los Filipz, cabeza indiscutible de la nueva movida de reggae en Lima, una banda curtida por la experiencia de tocar en los festivales más importantes de este género que se han realizado en nuestro país, junto a leyendas de la música tricolor, como Don Carlos, Groundation, The Abyssinians, Gladiators e Israel Vibrations.
Presentando temas nuevos, que formarán parte de su segunda producción discográfica, se apersona La Prensa. Cuarteto rocanrolero que ha renovado recientemente la fe en este género casi olvidado por los afiebrados consumidores de la ola tropical. 
Y finalmente, representando a la irresponsabilidad musical, The Pastelers. Auto denominados una banda de in-culto, este trío mezcla sin reparos el punk-rock, la sicodelia, el reggae y estilos aún no identificados por los conocedores.

Se ha convertido en indispensable en los festivales de Descabellado la participación de Moche Tv, alucinada creación de Gonzalo Carrillo, quien proyectará desde las 9pm sus mejores videos, cortos, animaciones y demás derroche de talento multimediático. Moche TV está próxima a celebrar tres años de trayectoria, y ha prometido estrenar una sorpresa como adelanto de lo que será la celebración audiovisual de su aniversario.

Los esperamos. 

Por: Boiner Fitzyerald

viernes, 11 de septiembre de 2009

ALTA PELIGROSIDAD

EL BARRIO ESTÁ DE FIESTA POR TERCERA VEZ

La salsa está hecha para mover los pies. Y el alma. Su mágica coincidencia de culturas ha generado un fenómeno de estructuras melódicas complejas y ritmos de matemática delirante, digno de ser estudiado por expertos y eruditos de la música. Sin embargo, su origen y destino siempre ha estado ligado a la historia del más humilde, del que más la sufre. Y su escenario principal siempre ha sido el menos académico de todos, la calle. La salsa es la alegría y la tristeza del barrio. Su suerte y su mala suerte. Su destino signado de calamidad y su eterno y estoico humor. La salsa es el corazón del barrio. Su bobo. Y de eso el mejor ejemplo es la salsa dura.

Por tercera vez consecutiva Sabor y Control arremete con una placa dedicada a explorar y cultivar este género. Al igual que los dos discos anteriores, el Alta Peligrosidad se compone de 8 canciones que comparten, como hilo conductor, la calle y sus personajes: ladrones, policías, maleantes, amores traicioneros, brujos de callejón y demás fauna urbano-marginal. Un disco para bailar sin dejar de pensar o sentir, no un disco para entretenerse o distraerse simplemente. Como los mejores discos de salsa dura, el Alta Peligrosidad es capaz de hacer entrar en trance a quién lo escucha.

Sabor y Control existe hace mas de 9 años. A través de su historia ha sufrido varios cambios entre sus filas pero sin abandonar su estructura escencial: Bruno Macher, voz principal, compositor de casi todos lo temas y director musical, Constantino Alvarez en los timbales y los coros, Julio Galarza en los bongos y los coros, y Chebo Ballumbrosio en las congas y los coros. Hoy la formación actual cuenta además con una segunda voz, a cargo de Ahmed Alcantara. A cargo del endiablado piano está Pedro Flores. Gonzalo Carrillo en el bajo, cuya participación y aporte merece mención especial (ni en el Guapo Soy Yo ni en Cuchillo En Los Ojos el bajo llega a sonar con la calidez y espiritualidad que le imprime Carrillo al instrumento). Los vientos han aumentado su número considerablemente y hoy arremeten en fila de 4: Macher en el saxo tenor, Ivan Vilcachagua en el saxo alto y Orlando Carbonero y Jeymy Campos en los trombones.

 

Con este tercer disco Sabor y Control demuestra una mayor madurez y solidez musical como orquesta y una destreza adquirida a nivel individual admirable. Las canciones ofrecen arreglos sorprendentes, líneas de vientos exquisitas, descargas brutales y ensambles vocales de la más alta factura. Una verdadera joya de la salsa dura que coloca a Sabor y Control como la orquesta representante por excelencia de esta música en nuestro país y muy probablemente en toda América latina. Recordemos que por un desatino de la moda este género ha sido olvidado por casi todos los músicos jóvenes que hacen salsa "moderna". Nuevas versiones del género, de las que preferimos no hablar, han suplantado su lugar en la mayoría de radios y medios masivos. Los músicos se han alejado de la calle y sus historias y sueñan embelezados con ser estrellas y progresar. Pero al barrio no llega (y tal vez nunca llegue) el progreso. El barrio sigue tan pobre como antes. O más. Ahora su eterna frugalidad contrasta más. Es más evidente. También su alegría y su fiesta. Manifestaciones incomprensibles para quien no entiende el sentido de celebrar la vida pese a que ésta es dura y malagradecida. En la calle la felicidad tiene otra cara. Aunque se la hayan querido cambiar a punta de televisión. Y justamente es esa cara la que ya no vemos más. Quizá por eso, hoy más que nunca, esta música se hace no sólo necesaria, sino vital. Quizá por eso este tercer disco de Sabor y Control debe ser considerado como un regalo. Un obsequio para los pies y el alma de todos aquellos que extrañábamos la voz del barrio.

Por: Boiner Fitzyerald

martes, 1 de septiembre de 2009

INSIDE THE CORPORATION

El Hombre Misterioso y su música del fin del mundo

Para quién ya tuvo el placer de haber escuchado “Pez Raro”, el disco debut de El Hombre Misterioso, su segunda placa entrega un sonido más achorado y visceral. Temas más contundentes pero que mantienen la calidez hipnotizante que los caracteriza. Una banda de desadaptados musicales, adictos al groove y a los ritmos callejeros, transporta discursos apocalípticos que bailan con elegancia alucinógena durante todo el disco. 14 canciones que recorren el funk, el punk, el rock y el reggae de la mano de una percusión chamánica y salomónica. Música del fin del mundo que narra con dulzura las últimas noticias.

Hay 5 años entre su primer y segundo disco. Tiempo que ha servido para que la banda madure su estilo y se afiate con un peso aturdidor. Entre disco y disco, sin embargo, El Hombre Misterioso alumbró una placa anfibia que contenía temas del primer y segundo disco, bajo un formato casi extinto además. Un disco de vinilo editado en Alemania por la disquera Nasoni Records, titulado “The Achorado Sound of El Hombre Misterioso”. 

También es notable el trabajo de estudio realizado en esta ocasión. “Inside The Corporation” logra momentos memorables en cuanto a producción, trabajos de voces, percusiones y guitarras. Esta vez, la grabación y mezcla estuvo a cargo de Rafael Otero, en el Estudio Descabellado, y la masterización la realizó Wicho García en el estudio de Mar de Copas. 

En las percusiones sigue reinando Fernando Salomón, la batería y poesía incendiaria sigue siendo trabajo de Santiago Pillado, y Rodrigo Ráez sigue siendo el responsable de las majestuosas guitarras y los sicóticos coros. El nuevo miembro es Richard Gutiérrez, en el bajo, quien remplaza al bajista del disco anterior, Juan José Salomón. Aunque ambos bajistas comparten un swing y un ritmo envidiables y vitales para la banda, es indiscutible que Gutiérrez le imprime al sonido una dosis extra de fuerza. Si bien esta formación de El Hombre Misterioso no es nueva, debuta discográficamente con los temas de este disco.  

Por: Boiner Fitzyerald

LA EXTINCIÓN DE LAS DISQUERAS Y EL NACIMIENTO DE DESCABELLADO

Son días negros para los sellos trasatlánticos e intercontinentales. Caen los grandes edificios, carcomidos silentemente por los puestos piratas y las cabinas de Internet. Para muchos, es el fin de la industria musical (como la conoce el mundo por lo menos). Pero hablar de la caída de las disqueras en el Perú, es como hablar de la crisis mundial. Nuestra realidad, por lo menos hasta donde da la memoria, siempre ha estado signada por la crisis. Y en nuestra realidad, jamás han existido disqueras que tengan el tamaño como para caerse. Lejos de ser un impedimento, el panorama desierto de grandes sellos, productores legendarios y estudios de lujo, ha obligado a los músicos a ser quienes graben, procesen, editen y distribuyan su material. Así formamos Descabellado, 7 años atrás, con la intención descarada de editar nuestro propio material, sin censuras, ni formatos que seguir y con la conciencia plena de que si no eramos nosotros, nadie lo editaría. Hoy entendemos que esta decisión abarca mucho más responsabilidades y que una disquera en el Perú no es para nada una idea descabellada sino más bien necesaria. Somos un país ancestralmente vinculado a la música. Tenemos tantas músicas como realidades y culturas se puedan encontrar a lo largo y ancho de nuestro territorio e historia. Y muchas de estas músicas no serán registradas jamás y posiblemente algunas se pierdan para siempre. Es este el verdadero panorama desértico, árido y temible que debemos reforestar: aquí esta nuestra semilla. 

Por: Boiner Fitzyerald